INTERNET INVISIBLE
Internet invisible o web profunda es aquella parte de la red
que no es accesible para la indización automática de los buscadores
convencionales. El término se atribuye al informático Mike Bergman. Es el
opuesto al internet superficial.
Internet es un océano,
en el que cabe una cantidad de contenido increíble que va creciendo a cada
momento. Los usuarios que navegan por él pueden pensar que lo conocen bien,
pero en realidad no acceden más que a la superficie. Es conocido como Internet superficial, y en
ella las vías de acceso a las páginas es escribir una dirección directamente o
averiguarla utilizando un buscador. Los motores de búsqueda como Google
recorren las webs almacenando la información y buscando enlaces a otros sitios
para responder a las demandas de información sobre un tema o página de los
usuarios. Es un proceso que se conoce como indexación web. En la Clearnet o
internet superficial todos los pasos que dé un usuario se pueden rastrear sin
problemas para saber cuánto y cuándo ha estado en cada sitio web y lo que ha
hecho en cada momento.
Pero bajo esos metros
superficiales hay mucho más. Es la Deep Web, llamada también
Internet Oculta, que se calcula ocupa el 90% de Internet y que
no puede ser indexada por los buscadores convencionales. Por tanto, no es
accesible para todo el mundo y no puede rastrearse fácilmente; el contenido
está encriptado y se busca que no se conozcan los movimientos del usuario. Lo
que hay en ella es muy variado, como redes internas de instituciones
académicas, los correos almacenados en servidores, documentos legales… y
contenidos ilegales.
Dentro de la Deep Web hay otra parte,
muchísimo más pequeña; se trata de la Dark Web, la parte más oscura de Internet
(como indica su nombre en inglés). En ella se busca el anonimato del usuario y
está constituida por redes independientes.
En esta parte de Internet es difícil controlar el contenido y quién está
moviendo la información, libertad que sirve tanto para hacer el bien
-defendiendo los derechos civiles y la libertad de expresión ante regímenes
políticos totalitarios y censores- como el mal -ciberdelincuencia y múltiples
actividades ilegales, desde el tráfico de drogas o de armas a la pornografía
pedófila, el blanqueo de dinero mediante o la contratación de sicarios.
El caso más famoso -y que ha
dado peor fama a esta parte de Internet- fue The Silk Road,
una red dentro de la Dark Web oculta dentro de Tor, un mercado de compra-venta
virtual que se utilizó durante dos años para vender drogas ilegales pagando con
bitcoin. En 2013 lo cerró el FBI estadounidense y su fundador, Ross William
Ulbricht, que se quedaba con una comisión del 15% de las ventas, fue condenado
a cadena perpetua.
Algunas de las redes de la
Dark Web intentan eliminar este tipo de contenidos, pero su propia naturaleza
lo dificulta.
Las direcciones web de la internet
invisible son compuestas por dieciséis caracteres que terminan en .onion, y si
bien hay servicios de búsqueda de contenidos especializados, hay que tener la
direcciones exactas para escribirlas e ingresar directamente a sitios de la Red
Onion. Consiguiendo los links adecuados, es posible acceder a descargas de todo
tipo; libros, páginas al margen de la ley… Así bien muchos especialistas
afirman que nadie se va a salvar de estar navegando y ser observados por la
agencia F.B.I de EEUU o similares de otros países, además de cientos de
´crackers´ interesados en información personal.
Para concluir, pienso que muchas de las
cosas que se hablan de Internet Invisible son mitos, pero la realidad es que
existe y que está al alcance de cualquier usuario con mínimos conocimientos
informáticos, y esto debería ser una alarma para la sociedad. Nadie habla mucho
de Internet invisible, tal vez con la creencia de que eso la hace más
inexistente, y con ello los actos criminales, pero la verdad es que de forma
vertiginosa aumenta día a día, y la mayoría de los usuarios no gozan de la
seguridad necesaria para navegar o investigar en internet invisible. Así pues,
el aviso debería ser permanente en la sociedad, que al fin y al cabo es donde
se encuentra el origen de internet.